No me podéis negar lo guapos que están los cuatro en la foto que me paso mi padre hace un tiempo y que he reservado hasta este, el día de su aniversario.
Primos os deseo:
MUCHAS FELICIDADES
Pero no es suficiente una declaración para encontrar soluciones a todas las heridas. Hay un proverbio que dice: “si me engañas una vez es culpa tuya, si me engañas dos veces ya es culpa mía”. No seré yo el que se deje engañar dos veces por este atajo de mierdas que tantas veces se han limpiado el culo con nuestras súplicas y con nuestras manos pintadas de blanco.
Durante
la celebración de la boda del primo Juan Pablo mi padre aprovechó para
obsequiarnos con su publicación, de la que ya hemos hablado en alguna que otra
ocasión, ER´MONTI. Debo confesar que tras leerlo por tercera
vez, sigo encontrando detalles nuevos que en la anterior lectura ni los había
contemplado. Por problemas económicos, la tirada fue reducida a uno para cada
hermano, algún primo, algún familiar por parte de mi madre y para sus dos hijos
por lo que he considerado que poco a poco, os iré dando entradas de este libro
para que, más o menos todos, tengamos acceso a estas vivencias de las que es
protagonista Antonio Villegas Romero (MI PADRE) y que ha querido compartir con
los suyos.
En la familia tenemos a tres Eduardos, Eduardo Villegas Romero, Eduardo Villegas Martín, que aparecen en esta foto en un cumpleaños del primo y Eduardo Punzano Pozo que aparece en esta otra foto en la boda de su tío Juan Pablo. En fin a los tres os deseo:
MUCHAS FELICIDADES
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Yo soy de donde la cal es una cultura para
mantener hermosos los pueblos; de donde un gazpacho fresquito desbanca a
cualquier otra cosa en Agosto; de donde sabemos ir buscando las sombras cuando
el verano aprieta.
Yo soy de donde mejor se fríe el pescado del
mundo; yo soy de donde la gente silba por la calle y
las abuelas se sientan con sus bambos en las puertas de las casas a ver pasar la
gente.
Yo soy de donde sabemos vivir como marqueses
siendo simples empleados; de donde no dejamos de soñar con vidas mejores; de
donde más azota el paro sin que ello nos haga perder el buen humor; de donde
somos acogedores con todo aquel que se nos acerca; de donde aún reconocemos que
una Iglesia, aparte de un sitio para orar, es cultura.
Yo soy de un lugar donde ya nos empieza a
tocar los cojones que se nos catalogue simplemente por nuestra forma de hablar:
porque no sólo sabemos interpretar el castellano adjuntándole todas esas raíces
históricas y léxicas que hemos heredado de nuestra tierra y de todos los que la
habitaron, sino que, además… hablamos como nos sale de las pelotas con la magia
de que nos entendemos perfectamente unos a otros sin necesidad de que nadie nos
traduzca.